Vamos a pasear por el bosquecito magico de la casa dragona...hay mucho por explorar y descubrir.... El aire huele a pino y tierra humeda... Se oyen los crujiditos del colchon de pinocha que voy pisando al entrar mas y mas al bosque....y oigo una voz de mujer que trae las palabras de la Pinkola..."Sal al Bosque.... Sal enseguida!!!! Si no sales... NUNCA OCURRIRA NADA!"La pestaña del Lobo, cuento del libro Mujeres que corren con los lobos
"Si no sales al bosque, jamás ocurrirá nada y tu vida jamás empezará".
-No salgas al bosque, no salgas -dijeron ellos.
-¿Porqué no? ¿Porqué no tengo que salir al bosque esta noche? -preguntó ella.
-En el bosque habita un enorme lobo que se come a las personas como tú.
-No salgas al bosque, no salgas, por lo que más quieras...
-Lo ves? Ya te lo decíamos -graznaron.
-Eso es mi vida, no un cuento de hadas, zopencos -replicó ella. -Tengo que ir al bosque y encontrarme con el lobo; de lo contrario, mi vida jamás podrá empezar.
-¡Socorro, auxilio! ¡Ay, ay, ay! -gritaba el lobo-. ¡Socorro, ayúdame y te daré la justa recompensa! -añadió. (Porque eso es lo que hacen los lobos en los cuentos de esta clase).
-¿Y cómo sé yo que no me vas a hacer daño? -le preguntó ella, pues su misión era hacer preguntas-. ¿Cómo sé yo que no me matarás y me dejarás reducida a puros huesos?
-Mala pregunta -dijo el lobo-. Tendrás que confiar en mi palabra.
Y el lobo reanudó sus aullidos y lamentos.
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
-Sólo hay una pregunta que merece la pena hacer, hermosa doncella, ¿Dóooonde está el almaaaaa?
Abrió la trampa, el lobo sacó la pata y ella se la envolvió con hierbas medicinales y plantas.
-Oh, gracias, dulce doncella, mil gracias -dijo el lobo, lanzando un suspiro.
Pero, como había leído demasiados cuentos que no debía, ella exclamó:
-Bueno, ahora ya puedes matarme, anda, terminemos de una vez.
-Soy un lobo de otro tiempo y lugar -dijo. Y, arrancándose una pestaña del ojo, se la entregó diciendo: -Úsala y procura ser sabia. De ahora en adelante sabrás quién es bueno y quién no lo es tanto. Mira a través de mi ojo y lo verás todo con claridad.
-Por dejarme vivir, te ofrezco vivir como jamás en tu vida has vivido.
Recuerda que sólo hay una pregunta que merece la pena hacer, hermosa doncella,
¿Dóoooonde está el almaaaaa?
Y la vez en que el carnicero pesó la carne, ella miró a través de la pestaña del lobo y vio que pesaba también su pulgar.
Y miró al pretendiente que le decía "Soy el que te conviene", y vio que no le convenía para nada.
Y de esta manera y muchas más se salvó no de todas pero sí de muchas desgracias.
¿Dóoooonde estáaaa el almaaaaa?
¿Dónde está el alma?
¿Dónde está?
¿Dónde está el alma?
¿Dónde está?
Sal al bosque, sal enseguida. Si no sales al bosque, jamás ocurrirá nada y tu vida no empezará jamás.
Sal al bosque, sal enseguida.
¡Sal al bosque, sal enseguida!
Sal al bosque, sal enseguida.
¡Sal al bosque, sal enseguida!
Mi querida amiga!!
ResponderEliminarHace dos dias estoy pensando en uds!!!!!
Les mando un abrazo de luz amoroso desde aqui y mi ayuda incondicional para lo que necesiten... mi tio apicultor sufrio perdidas en Merlo, pero gracias a Dios no hay que lamentar otro tipo de perdidas.
Mi corazon y mi alma estan con vos. Conta conmigo Vero!
Te abrazo fuerte fuerte...
Gabi Dakoff
PD: Te dejo un tricito a la distancia, una gotita de esperanza...
Un relato azteca
Dicen nuestros abuelos que hace mucho tiempo hubo un gran
incendio en los bosques que cubrían la tierra. Las personas y los
animales empezaron a correr huyendo del fuego. Nuestro
hermano búho, Tecolotl, también corría, cuando vio un pajarito
que iba y venía del río cercano al fuego. Se dirigió hacia donde iba
este pajarito.
Cayó en la cuenta de que era nuestro hermano el pájaro Quetzal,
Quezaltototl, iba hacia el río, cogía gotitas de agua en el pico, y
volvía al fuego para arrojar en él aquella gotita de agua. El búho
se acercó al pájaro Quetzal y le gritó: “¿Qué haces, hermano?
¿Eres tonto? No vas a conseguir nada con eso. ¿Qué estás
intentando hacer? ¡Tienes que huir para salvar tu vida!”.
El pájaro Quetzal se detuvo un momento, miró al búho, y luego
respondió: “Estoy haciendo lo que puedo con lo que tengo”.
Nuestros abuelos recuerdan que hace mucho tiempo los bosques
que cubrían nuestra Tierra fueron salvados de un gran incendio
por un pajarito Quetzal, un búho y otros muchos animales que se
unieron para apagar las llamas...